Es un proceso
automático y a la vez un acto voluntario que está condicionado por diversos
tipos de factores que determinan una buena o mala nutrición. La alimentación ha
de ser personalizada en cuanto a la edad, trabajo y zona donde se habita, entre
otros determinantes.
¿Qué
relación tiene la salud con la alimentación?
Hoy en día se sabe a
ciencia cierta que determinadas alteraciones y enfermedades se relacionan con
desequilibrios en la alimentación, ya sea por exceso (obesidad, problemas de
tensión, colesterol elevado…) o por defecto (falta de vitaminas y/o minerales,
etc...) Por tanto, alimentarse no sólo consiste en comer para vivir o para
saciar el hambre, es algo mucho más complejo e influyen numerosos factores;
ambientales (costumbres y cultura del lugar en que vivimos, modas y medios de
información, entorno familiar…) y otros personales como el sexo, la edad, las
preferencias, la religión, el grado de actividad (sedentaria, ligera,
moderada), el estado de ánimo y de salud (enfermedades o problemas de salud).
Debería
sorprendernos que nuestros hijos no desfallezcan a media mañana y baje
notablemente su rendimiento escolar; algo bastante normal si se tiene en cuenta
que con frecuencia sus desayunos son muy escasos. Este es quizás el primero de
los grandes errores en la alimentación: Una primera comida del día que apenas
se acerca al 10% del total de la jornada, cuando en condiciones normales
debería incluir, como mínimo, entre el 20% y el 25% de la misma.
El sobrepeso y la
obesidad es la primera razón a la hora de buscar el origen de los problemas
articulares que, como la artrosis, afectan a varios millones de personas. En
este sentido lo primero que debe hacer es evitar el “picoteo”, comer entre
horas, así como utilizar lo menos posible alimentos con muchas calorías.
Para ello le
proporcionamos una pequeña escala de las calorías de los alimentos,
clasificándolos de mayor a menor, y considerando siempre 100 gramos de cada
producto.
Aceites: 900 kilocalorías por cada 100 gramos,
destacando que es mejor el aceite de oliva que el resto ya que aumenta la HDL o
colesterol “bueno” en la sangre.
Derivados
lácteos en general: 600 kilocalorías, destacando las mantequillas, leches
engeneral, quesos, etc. Recomendado las grasas de origen vegetal que las de
origen animal.
Dulces en
general: que tienen cerca
de 400-500 kilocalorías por cada 100 gramos (para que se haga una idea
necesitará andar 45 minutos a paso ligero para eliminar las calorías proporcionadas
por un pastel generoso.
Carnes: 350
kilocalorías, aunque las
blancas aportan algo menos de energía que las rojas. En este punto hay que
distinguir cómo se prepara el alimento, ya que las frituras aportan más
calorías y menos nutrientes que las carnes a la plancha, al horno o cocidas.
Pan: por lo
general 300 kilocalorías por 100 gramos, mucho más si se acompaña de
sal
Se entiende por dieta sana aquella ingesta de alimentos que ayuda a mantener, recuperar o mejorar la salud. La correcta nutrición es uno de los pilares de la salud y el desarrollo, permite reforzar el sistema inmunitario, contraer menos enfermedades y gozar de una mejor salud. La gente sana es más fuerte, más productiva y está en mejores condiciones de desarrollar al máximo su potencial. Es un proceso automático, producto de la cultura, y a la vez un acto voluntario que está condicionado por diversos tipos de factores que determinan una buena o mala alimentación, se puede llevar una dieta sana mediante varios alimentos ya sean de origen vegetal o animal. Una dieta equilibrada se considera, junto al ejercicio, una manera importante de reducir los riesgos para la salud asociados a la obesidad o la hipertencion entre otras enfermedades.
Durante los primeros años la buena alimentación y nutrición son fundamentales
para la salud y el bienestar a lo largo de toda la vida. La lactacia maternal
es uno de los factores más importantes, pese a lo cual apenas un tercio de los
lactantes reciben lactancia exclusivamente materna durante los primeros 6
meses...
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